
Biografía de un continente: Africa, de John Reader.
África es un continente cuyo conocimiento está plagado de prejuicios, leyendas y mentiras. La historia, desde luego, es más compleja y fascinante, y Reader nos da una introducción magistral.
Esta novela histórica traza los arcos vitales de Edward Thomas, Siegfried Sassoon, Wilfred Owen e Isaac Rosenberg, todos pacifistas que, por una razón u otra, se sintieron obligados a sumarse al esfuerzo por la supervivencia de la Gran Bretaña. Narrada por un funcionario impedido físicamente de ir a la guerra, la novela va mostrando cómo se cruzaron los destinos de estos cuatro creadores: el caballero inglés, el profesor de idiomas, el depresivo cantor de la campiña y el pintor-poeta judío.
El innombrado narrador, un servidor público, conoce a Sassoon desde la infancia y a lo largo de la novela traba conocimiento con los otros tres, cuyas vidas a su vez se entrecruzan para formar un mosaico de la vida intelectual de la Gran Bretaña de principios del siglo XX. Por primera vez en español, las fascinantes vidas de estos poetas célebres en el mundo de habla inglesa son presentadas a los lectores a partir de una amplia investigación, que incluye traducciones originales de algunos de sus poemas.
Guillermo Máynez GIl (Torreón, 1969) es un escritor mexicano. Escribe novela, cuento, poesía y ensayo. Ha publicado la novela «Los Poetas del Fin del Mundo» y ensayos literarios sobre Apuleyo, Boccaccio, Joyce, Durrell, Melville, Olga Tokarczuk, Edmund Wilson, la literatura de la Primera Guerra Mundial, entre otros.
En 2020 recibió el Premio Nacional de Novela «Élmer Mendoza», de la Universidad Autónoma de Sinaloa, por su novela El Chino Bruckenmeyer, de próxima publicación.
África es un continente cuyo conocimiento está plagado de prejuicios, leyendas y mentiras. La historia, desde luego, es más compleja y fascinante, y Reader nos da una introducción magistral.
El misterio importa, desde luego, al ser el hilo principal de la trama. Pero la fortaleza de esta novela, como la de casi cualquier otra, está en los personajes y las voces narrativas.
“Pero la verdad es que debería dejar de escribir este tipo de cosas. Si todavía fuera joven, podría arriesgarme a sufrir las consecuencias por escribir estas impiedades, pero en mi actual estado de vida debo ser menos petulante”.
“No era una resolución: las resoluciones se cambian. Era más grave: un estado del espíritu y del corazón”.
Este poema épico fijó en la mentalidad occidental, tanto como el Génesis, el mito de la Creación y la Caída, con audacia y humor sorprendentes.
Frost logró ser, al mismo tiempo, exaltado por la crítica y sumamente popular, algo raro entre poetas. Fue, además, un filósofo de la poesía.