Héroe de la libertad: Paradise Lost, de John Milton.

Ilustración de 1882, de Gustave Doré. www.arthive.com
Este poema épico fijó en la mentalidad occidental, tanto como el Génesis, el mito de la Creación y la Caída, con audacia y humor sorprendentes.

Comparte este artículo

PARADISE LOST. John Milton. Oxford University Press. Oxford, 2004 (1667, rev. 1674). Edición, Introducción y Notas de Stephen Orgel y Jonathan Goldberg. 317 pp.

Esta es una de esas obras literarias que han pasado a la imaginación popular. Como ocurre con la organización e imagen del más allá cristiano ideadas por Dante, la imagen e historia de la Caída y expulsión del Paraíso no provienen de La Biblia, que es muy escueta, sino de este poema épico. Es lo que está en la mente popular, aunque la mayoría no haya leído ninguna de las dos obras. Desde luego, el poema es magnífico, con un poder descriptivo asombroso y un lenguaje fuerte y vigoroso, fácilmente comprensible a pesar de los siglos (conviene, de todos modos, una edición bien anotada, como esta). Pero hay cosas sorprendentes: lo primero, el sentido del humor pues, aunque ciertamente reverencial hacia Dios, el poema resulta lúdico e incluso cómico en muchos aspectos, sobre todo en las partes dedicadas a Satanás y los infiernos, y a la relación entre Adán y Eva. Además, llama la atención la imaginación desbordada de Milton al crear situaciones, paisajes y diálogos-monólogos. El poema es notoriamente herético, como se explica en la Introducción, incluso en a Inglaterra post-Cromwell, ya no se diga para el orbe católico. Milton era puritano, pero heterodoxo, alejado de todo dogma heterónomo, y con su propia teología.

John Milton (1608-1674). www.britannica.com

El poema está escrito en verso blanco pues, como lo explica él mismo, Milton pensaba que la rima era una cárcel, una reliquia medieval de mal gusto, que sólo servía para adornar temas insulsos y para esconder una mala técnica métrica. Su intención es explícita: “justificar las decisiones de Dios ante los humanos”. Un teólogo severo respondería que Dios no necesita ser justificado, faltaba más. Milton, así, se arroga el papel de vocero de Dios. Otra característica polémica es que parece que el verdadero héroe es Satanás, el adalid de la libertad de conciencia, de la justa rebelión contra la autoridad despótica y el derecho a tomar decisiones erróneas, pero voluntarias. Hay que recordar que Milton fue un rebelde contra el absolutismo de los Estuardo. En el poema, vemos al cosmos más desde el punto de vista de Satanás, que del de Dios, pero el pecado trágico de aquél es la Soberbia, el pecado original que luego imitará Eva.

Adán y Eva son amenazados de muerte pero, ¿qué les dice eso? No tienen idea de qué es la muerte, jamás han visto morir a un solo ser. ¿cómo pueden entender al pecado y sus consecuencias, antes de que exista? El enemigo de Dios no es otro que el libre albedrío, precisamente lo que más anhelamos. Así, para Milton, la experiencia es la principal fuente de conocimientos, congruente con su siglo que es el de Hobbes, Locke, Descartes y Spinoza.

Milton’s Cottage, en Buckinghamshire, donde terminó de escribir PAradise Lost. www.buckinghamshireculture.org

Los doce cantos comienzan con Satanás y su rebelión contra “la tiranía del Cielo”:

…¿qué importa que se pierda la batalla?

No todo está perdido: la voluntad indomable,

Los planes de venganza, el odio inmortal,

Y el valor de nunca rendirse o someterse.

Derrotados por los ángeles “buenos”, Satanás se adapta al repugnante abismo infernal:

La mente crea su propio hogar, y por sí misma

Puede hacer del infierno un paraíso, o del

Paraíso un infierno.

Los demonios debaten qué hacer hasta que Beelzebub, el lugarteniente de Satanás, da en el clavo: en vez de luchar contra Dios, hay que destruir su obra más preciada: los humanos. Porque se han enterado de esta nueva ocurrencia divina. Rumbo a La Tierra, Satanás recluta a sus hijos el Pecado (mujer)y la Muerte (hombre). Mientras tanto, Dios contempla todo, con Cristo a su derecha, su hijo recién creado (herejía), motivo de la rebelión.

Satanás en el Infierno. Gustave Doré. www.guilherme-paiva-seidel.medium.com/

En un monólogo hamletiano, Satanás duda y por momentos se arrepiente, pero no hay vuelta atrás. Alarmado, Dios envía al arcángel Rafael a avisar a Adán y Eva de la amenaza satánica, y les cuenta la rebelión. Luego, en capítulos muy bellos, les narra la historia de la Creación y les explica la astronomía, la organización del cosmos. Curiosamente, el propio Rafael especula que puede haber otros mundos habitados (herejía), pues si no, ¿para qué crear tantas estrellas y planetas? Son demasiados. Mientras tanto, Satanás se encarna en una serpiente. Eva se rehúsa a ser acompañada ese día por Adán, y se interna en el Jardín del Edén. En un extraordinario pasaje cuasi erótico, la serpiente se desliza por el jardín, atisbando a Eva entre el follaje. Ante su belleza, por un momento se olvida del Mal y va lamiendo la hierba donde quedan sus huellas. Pero luego recuerda que Eva no es para él, y renacen la envidia y el odio.

Satanás encara a la mujer y le habla. Cuando ésta se sorprende, le dice que gracias a que comió del Árbol del Bien y del Mal (de la Ciencia), obtuvo facultades superiores, y lo mismo le pasará a ella y Adán. En el capítulo IX.708 dice la famosa frase: “…y seréis como dioses”. En un discurso persuasivo, Satanás le revela lo absurdo de poner en el jardín un árbol frutal del que está prohibido comer. ¿Por qué prohibir el conocimiento, claramente útil? Por envidia, por no compartir. Dios es egoísta.

Eva. www.newaberdeencollege.com

Por supuesto, Eva come, luego le revela su pecado a Adán, quien monta en cólera, pero después decide, por amor a ella, compartir su destino. De vuelta en el Infierno, Satanás hace un recuento cómico de su hazaña a sus compañeros, burlándose de Dios y los humanos. Cuando, al terminar su discurso, se pone de pie para recibir la ovación, se sorprende de no escuchar aplausos, sino susurros-silbidos: se han transformado en serpientes.

Enojado, Dios ordena a su hijo bajar y echar a los rebeldes del Paraíso. Cristo, viendo el sufrimiento y arrepentimiento, intercede por ellos y se ofrece como víctima para redimirlos. Dios dice que sí, pero no todavía. En vez de bajar él mismo, Cristo envía al arcángel Miguel, quien les cuenta el futuro: el Diluvio, Noé, la torre de Babel, Cristo y su segunda venida. Enterados, entristecidos, Adán y Eva se toman de la mano y abandonan el Edén.

¿Te gustó el artículo?
Déjame un like
Comentarios del artículo

Un comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Sobre el Escritor

Otros artículos