THE SINGAPORE GRIP. J. G. Farrell. Orion Books. London, 2010 (1978). 586 pp.
La última, y por mucho la más extensa de la trilogía de Farrell sobre momentos calve en la decadencia del imperio británico, esta es sin duda la gran novela de Singapur, tanto por la calidad literaria como por el hecho de que se trata de una panorama detallado y vívido de la ciudad al borde de un Apocalipsis: la invasión japonesa de 1942, de la que resurgiría décadas después como una urbe futurista, impecable, autoritaria y muy próspera. Ya era una ciudad cosmopolita al final de la dominación británica, hospitalaria y llena de oportunidades para gran parte de la población, tumultuosa y disipada, aunque no sin tensiones crecientes entre las clases sociales y los numerosos grupos étnicos, incluyendo inmigrantes ilegales. Singapur era el gran centro de negocios de Malasia: caucho, sobre todo, pero también azúcar, madera, frutas y especias. La novela retrata a cada uno de los grupos sociales, con personajes completos y complejos, numerosas peripecias, un análisis exhaustivo de la situación política, económica y militar, y una sensación permanente de peligro. Farrell comienza por esbozar la historia de la isla-ciudad, para luego entrar en materia.
El relato se enfoca en la familia Blackett y su entorno, y arranca en 1937. Walter Blackett es un millonario por esfuerzo propio, magnate del caucho, prototipo del empresario audaz, astuto, despiadado y explotador, así como racista, pero no más que el promedio de sus coterráneos. De hecho, aunque consciente de la superioridad británica, tiene buenas relaciones con gente de distintos orígenes. Está casado con Sylvia, un ama de casa rica, un tanto anodina e histérica a la vez. Joan, la hija recién llegada de una escuela en Suiza, es rebelde y sarcástica, y constantemente tiene novios indeseables, como un brasileño con el que viaja a China, donde conoce a Vera Chiang, una ruso-china enigmática que juega un papel crucial en la trama. Los otros hijos son Monty, un playboy inútil, y la pequeña y simpática Kate.
En septiembre de 1940, ya con la guerra en Europa, los Blackett dan una suntuosa fiesta en su jardín, enlutada por la muerte en ella de Webb, el viejo socio de Blackett. Ahí conocemos a su hombre de confianza, el Mayor Archer (que aparece en Troubles, la primera novela de la trilogía). Como ocurre con el resto de los personajes, conocemos la historia previa y la vida interior del buen Archer, un personaje entrañable que queda a cargo de la empresa y mansión de Webb, contigua a la de los Blackett. A su tiempo, Vera Chiang será otra inquilina de la mansión Webb, al igual que Dupigny, un filosófico francés que se ha quedado en la penuria tras la caída de Indochina. En ese momento, Joan tiene un romance tibio con Jim Ehrendorf, un joven militar norteamericano, el mejor que se ha conseguido.
La muerte de Webb obliga a avisar a su hijo Matthew, al que nadie conoce, que jamás ha estado en Asia y que no tenía relación con el padre. Así a ciegas, y por consolidar el control de su padre sobre el negocio, Joan propone seducir y casarse con Matthew. Lo único que se sabe de él es que vaga por Europa, trabajando con una agencia humanitaria vinculada a la fracasada Liga de las Naciones. Desde su llegada a Singapur, el excéntrico joven se convierte en el verdadero protagonista, además de conciencia moral de la novela.
Tan pronto arriba en diciembre de 1941, Webb Jr. se queda estupefacto ante la ciudad, una Babilonia oriental, exótica, salvaje, capitalista y presa de tensiones laborales e ideológicas. Se estrena con una cena en la casa, a la que asisten el comandante militar y todos los personajes mencionados, menos Vera. Walter muestra su cínica, pero precisa evaluación de la situación bélica y geopolítica. Luego, los jóvenes se van de juerga a The Great World, una inmensa feria multicultural: es un episodio alucinante en el que Matthew, sin saberlo, se encuentra por primera vez con Vera. Allí comienza el irremediable choque cultural entre el idealista joven y los imperialistas Blackett, además de que Matthew contrae una fiebre peligrosa. Esa madrugada ocurre el primer bombardeo japonés, descrito en otro pasaje magistral que retrata los sueños de los habitantes dormidos.
La trama subsiguiente, que va subiendo de intensidad, es demasiado variopinta para resumirse, pero se desarrolla en cuatro planos: las andanzas de los personajes por la ciudad, crecientemente en ruinas; el tenso ambiente en la mansión Blackett; la extravagante comunidad de la decadente casona Webb; y la deteriorada situación bélica.
Cuando Penang cae (ciudad de Malasia), el filósofo francés reflexiona: “Para Dupigny, una nación se asemeja a un humano muy primitivo, que consiste simplemente en un apetito y algún tipo de mecanismo para satisfacerlo”. Los personajes se ven obligados a involucrarse en las tareas de defensa; los episodios en Malasia incluyen las historias de soldados japoneses, y pronto habrá que tomar decisiones dolorosas, conforme los japoneses toman Singapur. Una novela épica, íntima, de gran aliento y calidad.