TO THE LIGHTHOUSE. Virginia Woolf. Mariner Books. New York, 1981 (1927). Prefacio de Eudora Welty. 209 pp.
Publicada dos años después de Mrs. Dalloway, esta novela consolidó el estilo modernista de Woolf y se colocó como una de las novelas más importantes e influyentes del siglo XX. Prácticamente no hay “narración”; lo que ocurre nos es comunicado directamente desde la subjetividad, desde la percepción y la psique de los personajes. Así, la “acción” transcurre mucho más en sus mentes que en el mundo exterior. No hay, por tanto, una historia ordenada ni secuencial; nos enteramos de todo por medio de los pensamientos de los personajes. El estilo libre indirecto de Woolf entra y sale del monólogo interior, sin costuras; apenas se asoma al exterior para ubicar al personaje, para regresar de inmediato a su punto de vista. No hay, entonces, una serie de “hechos” objetivos, sino un conjunto de percepciones.
La primera parte “La ventana”, es la más larga y transucrre en un solo día. El personaje central es Mrs. Ramsay, cuya familia, más un amplio grupo de invitados, vacaciona en una casa junto a la costa, en la isla escocesa de Skye. Mrs. Ramsay consuela y entretiene al menor de sus ocho hijos, James, de seis años, furstrado porque su padre le niega la prometida visita al faro, con el pretexto del mal tiempo. Mr. Ramsay es un hombre inseguro y arrogante, un filósofo académico. Algunos amigos y colegas, como el acomplejado Tansley y el solitario Bankes, lo acompañan. El día pasa entre tres situaciones: el inminente compromiso entre Minta y Paul (dos amigos de la familia); la relación entre Bankes y Lily Briscoe, una pintora (a los cuales Mrs. Ramsay también desea ver comprometidos); y la cena, suceso especial de la jornada. Siendo Woolf, la pespectica es marcadamente feminista, aunque los personajes masculinos también reciben espacio para transmitirnos sus puntos de vista.
La segunda parte, “El tiempo pasa”, es una breve transición: un narrador omnisciente, impersonal y fantasmal describe el estado de la casa tras diez años de abandono, durante los cuales han muerto Mrs. Ramsay, su hija Prue y su hijo Andrew (en combate en la IGM). El viento, la luz y las sombras se pasean por la casa solitaria, hasta que la señora McNabb llega a limpiar y prepararla para el regreso de lo que queda de la familia, más el poeta Carmichael y Lily Briscoe.
Esta última es el personaje central de la tercera parte, “El faro”, durante la cual el viejo Ramsay obliga a su hija Cam y a James a hacer finalmente la visita, en barca, al faro. Mientras los tres se preparan para la expedición, Lily intenta pintar en el jardín. Teme la cercanía de Ramsay, al que detesta por su incesante exigencia de atención y compasión. Aunque quizás esté equivocada, quizás sea un prejuicio suyo. En todo caso, cuando por fin logra sentir esa compasión, es demasiado tarde. Los excursionistas han partido. Pintando, Lily recuerda a Mrs. Ramsay y su visión de la vida y la felicidad posible (que ahora comparte): “los pequeños milagros cotidianos, iluminaciones, fósforos inesperadamente encendidos en la oscuridad”. A ella le debe todo eso, la convicción de que el sentido de la vida no yace en una Gran Revelación, sino en esos momentos en los que “en medio del caos, surge la Forma”:
Mientras tanto, Cam y James van en el velero, observando a su padre detestado y amado, pensando en todo y en nada, viviendo en sus psiques mientras los rodean el mar, el viento y el sol. A ellos también, por momentos dentro del caos, se les aparece la Forma.
De regreso con Lily, esta obra maestra de la subjetividad termina así: “Sí, pensó, retirando el pincel con mucho cansancio, ya he tenido mi visión”.
6 respuestas
Excelente comentario. En el siglo XXI muchos novelistas siguen el patrón creado por Virginia Woolf, con los personajes contando la historia según su apreciación subjetiva de los hechos. Felicidades!
Uno más de la lista de pendientes imperdonables.
Gracias por tan breve y clara referencia de la obra de tan distinguida Británica.
Es en verdad enriquecedora la lectura de tus artículos y reseñas. Muchas gracias.
Voy hilando esto con Ulises en Tierra Baldía¡¡¡ muchas gracias, excelente.
Estupendo comentario. Dan ganas de volver a la novela, tantos años olvidada.