AUTO DE FE. Elías Canetti. Random House Mondadori. México, 2007 (1935). 621 pp.
Publicado en 1935, Auto de fe es un libro inclasificable. Es la obra de un sabio sobre unos personajes a todas luces dementes. Creo que la única forma de acercarse a este libro sin ton ni son (aparentemente) es desde un humor negro capaz de digerir todos los vicios de la humanidad. El libro se presta a mil y una interpretaciones y simbolismos, pero los más evidentes son la incapacidad de los seres humanos para comunicarnos, la construcción de la realidad como un fenómeno elaborado y solamente existente en nuestras mentes, y la voluntad de autoengaño que nos domina.
La primera parte, “Una cabeza sin mundo”, narra la vida de Peter Kien, “el mayor sinólogo del mundo”, un hombre de 40 años, asexual, que vive encerrado en su departamento, rodeado de sus 25 mil libros, completamente aislado en su torre de marfil y alienado del mundo y la gente. Buscándole, podría ser el retrato paródico de los intelectuales, que en la Alemania de los 1930’s decidieron no ver. De hecho, la limitación voluntaria de la propia vista es el tema dominante del libro, pues todos los personajes la practican. Preocupado por el destino de su biblioteca, y autoengañado, Kien se casa con su vieja criada Teresa, que lleva ocho años a su servicio. Por supuesto, el matrimonio es un desastre tragicómico, que termina en que Teresa echa a Kien del departamento, después de apoderarse de todo el espacio. Como sátira del matrimonio es perfecta.
La segunda parte, “Un mundo sin cabeza”, narra las enloquecidas aventuras de Kien por la innombrada Viena. En sus vagancias por librerías, entra en “El cielo ideal”, un burdel sórdido donde el quijotesco (alto y flaco, por si fuera poco) Kien recluta como Sancho al siniestro criminal Fischerle, enano, jorobado, carterista, padrote y judío, el cual lo manipula y exprime con la ayuda de una corte de los milagros que incluye un alcantarillero, un falso ciego mendigo, un buhonero y una enana jorobada que vende periódicos. Alrededor del Monte de Piedad, donde Kien intenta rescatar libros del empeño, se desarrolla una farsa grotesca que termina con todos los protagonistas en la cárcel. A lo largo de la historia está presente el portero del edificio de Kien, Pfaff, un expolicía obsesionado con golpear mujeres, y que de hecho ha matado a golpes a su mujer y a su hija. Podría decirse que representa al nazismo, aunque Canetti no toca el tema, pues el libro no es un panfleto.
En la tercera parte, “Un mundo en la cabeza”, la trama se acelera y aparece Georges Kien, el hermano menor que vive en París y que ha transitado de ginecólogo a director de manicomio, y que es llamado anónimamente por Fischerle para que rescate a Kien. El final es el único posible para esta maravilla de locura y de sordidez, de frases brillantes, profundas y provocadoras. Es una novela única, que seguramente poca gente aprecia, pues es un trago difícil para estómagos débiles. Es, sin embargo, al mismo tiempo una obra universal y representativa del siglo más loco de la historia: el XX.
2 respuestas
Me encantó la reseña, como casi todas las que he leído de Guillermo Máynez. Quizá me anime a leer Auto de fe, que tengo por ahí. Recuerdo haber disfrutado hace muchos años la lectura de la Lengua absuelta. Gracias!
Muy buena reseña, Memo.