METAMORFOSIS. Ovidio. Gredos. Barcelona, 2019 (8 d.C.) III volúmenes: Nueva Biblioteca Clásica Gredos #13 (454 pp.), #15 (204 pp.) y #19 (306 pp.). Introducción, traducción y notas de José Carlos Fernández-Corte y y Josefa Cantó Llorca. 964 pp.
La extensa Introducción (242 pp.) hace un análisis minucioso de la vida de Ovidio, su obra en general y su estilo literario. Las más de 200 historias que contiene este libro presentan un conjunto de metamorfosis, no sólo de seres, sino también de recursos y géneros literarios, en los que la forma se corresponde con el fondo. Hay guerra en la elegía amorosa y amor en la épica. Los autores hacen énfasis, tanto en la intratextualidad (autorreferencias y constante reescritura) como en la intertextualidad (conversación con autores como Homero, Calímaco, Horacio, Virgilio y otros). Los relatos suelen ser etiológicos, presentando el origen de cosas y fenómenos. Congruentemete, Ovidio no se consideraba atado a ningún género o estilo rígido. Dialoga, modifica y refuta a Virgilio, como éste lo hizo con Homero. Por ejemplo, en La Eneida, Virgilio introduce un personaje nuevo en la épica troyana, que luego Ovidio retoma para introducir otro personaje en La Eneida, de manera similar a los posmodernos.
Metamorfosis es, pero no sólo, una enciclopedia literaria y mitológica. Abarca desde la creación del mundo hasta el tiempo del poeta, pero ni siquiera la cronología es permanente. El poema es un continuo fluir. Se divide en tres secciones principales: dioses (I-VI), héroes (VI-XI) y Guerra de Troya, con personajes “históricos” (XI-XV). El cuerpo principal va precedido de un Prólogo (I, 1-451): creación, diluvio y repoblación, y seguido por un Epílogo (XV, 748-892): apoteosis de Julio César. Los narradores principales introducen narradores secundarios: “la multiplicación de voces simboliza la multiplicidad de fuentes literarias”. Aunque se trata de la “más acabada y sistemática visión de la mitología”, Ovidio no es un compilador, sino un creador que aporta su punto de vista, inventa, recrea y rehace, encontrando lo que conviene a su novedad.
Desplaza personajes centrales y realza los secundarios, intercalando situaciones “realistas” o prosaicas en narraciones fantásticas. Estrictamente hablando, es el inventor de la mitología, es decir, sistematiza los mitos y crea el mito romano de la “cultura griega” como un todo unificado. Al mismo tiempo, disgrega las genealogías unificadoras helénicas en lo azaroso, monstruoso y disperso, de manera subversiva (y quizás por eso lo exilió Augusto). Por ejemplo, despoja a Eneas de su misión fundacional al presentar a otros griegos que previamente se asentaron en Italia. Así, pues, es un “estudio de la inconsistencia de las cosas en su ser”. La preocupación por la Identidad, tan posmoderna, resuena en nuestra época. El Orden y el Caos se alternan como tema central.
Aunque sería imposible reseñar cada historia, se pueden escribir unas notas generales. Ovidio sabe perfectamente que el planeta es esférico y a qué se deben los eclipses, pero los usa poéticamente. No se olvide que es unas décadas posterior a Lucrecio y su filosofía atomística del mundo. Después de que un dios innombrado genera orden desde el caos, Prometeo da forma a los humanos con barro y agua, a imagen y semejanza de los dioses. Siguiendo a Hesíodo, describe las edades de Oro (idílica, preagraria y preestatal), Plata (agraria, urbana), Bronce (con armas, pero sin perversidad) y Hierro (surgen el Mal, las fronteras, la guerra). Después de que el sanguinario Licaón se convierte en lobo, sobreviene el Diluvio, del cual se salvan (como Noé y familia) los elegidos Deucalión y Pirra, hijos de Prometeo y Epimeteo, quienes tienen el primer parlamento humano de la obra.
Vienen entonces las comedias conyugales y de seducción fallida, como las de Apolo y Dafne, convertida en laurel para escapar de la violación, en la que el dios hace un papel patético, o la de Júpiter e Io, espejo de la anterior. En esta parte, el hilo conductor son las conflictivas relaciones entre Júpiter y Juno. En general, se describe la arbitrariedad divina contra humanos inocentes (como la de Augusto con Ovidio). Siguen luego varias historias sobre el destino trágico de la casa real de Tebas, fundada por Cadmo, de la que nace Baco. Incluye la historia de Narciso y Eco, conjuntados por primera vez por Ovidio. Historias trágicas, como la de los amantes Píramo y Tisbe, contrastan con otras cómicas, como la de Marte y Venus atrapados en la cama por el marido de ésta, Vulcano. La saga de Perseo es un pastiche de los relatos de batallas épicas, como las de La Ilíada, con escenas sangrientas y grotescas. El primer volumen termina con el rapto de Proserpina por Vulcano.
El segundo volumen incluye monólogos dramáticos que muestran las metamorfosis psíquicas de la personalidad escindida, por ejemplo entre la patria y la persona amada (Medea-Jasón; Escila-Minos). Medea es quizás el personaje más elaborado y complejo de la obra. La cacería del jabalí por Meleagro, Atalanta, Jasón, Teseo y otros es una sátira de la épica, con héroes ineptos. En historias como la de Filemón y Baucis se introducen detalles realistas, como los dioses calzando una mesa coja. Hay bellísimos monólogos trágicos, como el de Biblis, enamorada de su hermano y convertida en fuente. El segundo volumen concluye con Orfeo y su búsqueda de Eurídice en el Hades. Tras la historia del rey Midas, termina el tiempo mitológico y comienza el “histórico”, el de la Guerra de Troya. Desde luego, este tiempo “histórico” abunda en episodios fantásticos, como el magnífico relato sobre el palacio del Sueño, en el que Iris pide a éste que mande a Morfeo (invención de Ovidio) que se aparezca a Alcíone, quien será convertido en ave marina. Como en la historia de la Fama, Ovidio toma la tradición y la modifica, le añade la autorreflexión: la Fama es una fantasía. La muerte de Aquiles, la disputa por sus armas entre Áyax y Ulises, y la cruel tragedia de Hécuba dan paso a la aparición de Eneas, con lo que comienza la “Eneida ovidiana”, un continuo diálogo con y reelaboración de La Eneida y La Odisea.
Tras la apoteosis de Eneas y la fundación de Alba por los troyanos, viene la apoteosis de Rómulo. Luego, Numa civiliza a Roma por medio de la filosofía de Pitágoras y su historia natural epicúreo-pitagórica, en la que, como corresponde a las Metamorfosis, todo fluye, todo se transforma. Siguen varios episodios de la historia de Roma, como el maravilloso relato de la llegada de Esculapio, como serpiente, para curar la peste (293 a.C.), hasta la apoteosis de César, cuyo mayor mérito fue adoptar como heredero a Augusto (lo cual no salvó al poeta de la venganza del emperador).
Metamorfosis, además de un tour de force literario y mitológico, ha sido una de las principales fuentes de la literatura occidental, al lado de la Biblia, la tragedia ática, los mitos homéricos, Dante, Shakespeare y Cervantes. Las más de 200 historias, reelaboraciones de por sí, han sido a su vez reinterpretadas y adaptadas a numerosas obras de todos los géneros, testimonio del carácter imperecedero y fecundo de esta obra seminal y totalmente disfrutable.
3 respuestas
Admiro tu enorme capacidad para leer y mucho más para resumir lo que leíste. A Ovidio yo no lo había leído desde mi ya muy lejana escuela preparatoria, por lo que agradezco el recordármelo
La civilización nace de esta cultura clásica de los griegos y es la “civita” las ciudades que emergen las que nos dan la civilización hasta ahora, en este mismo siglo XXI
Debo leer este artículo con mucho detenimiento pues hay mucho de sabiduría en todo su desarrollo
Felicidades Guillermo
Gracias Guillermo. Con tu gran reseña nos dejas una gran lección. Los clásicos se retomar y se transforman en nuevos clásicos. Pero siempre será importante conocer su referencia primigenia. Saludos.