El Hombre Enfermo de Europa: The Fall of the Ottomans, de Eugene Rogan.

J. Grelot. "Panorámica de Constantinopla" (1680). www.istanbultarihi.ist
La desintegración del Imperio Otomano es uno de los sucesos definitorios del siglo XX y de la actualidad: la creación del Medio Oriente moderno, cuna de tanta inestabilidad y violencia, sigue siendo uno de los rasgos fundamentales de la geopolítica.

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THE FALL OF THE OTTOMANS. Eugene Rogan. Basic Books. New York, 2015. 485 pp.

El subtítulo del libro, “La Gran Guerra en el Medio Oriente”, revela tanto el acontecimiento final en la historia del Imperio Otomano, como el foco del relato. Por supuesto, Rogan fija los principales antecedentes de esta historia. Fundado a fines del siglo XIII por Osman, jefe de una serie de tribus turcomanas (centroasiáticas) asentadas en el noroeste de Anatolia, en 1453 se consolidó como gran potencia al conquistar Constantinopla. En 1516 derrotó al Imperio Mameluco de El Cairo, con lo que se hizo de Egipto, Siria, Palestina, Líbano, Jordania y el Hijaz, y pronto dominó también Mesopotamia, los Balcanes y el norte de África. Alcanzó su máximo poderío y extensión a principios del siglo XVIII, y de ahí en adelante todo fue cuesta abajo. El complaciente y conformista imperio se quedó fuera de la Ilustración y la Revolución Industrial; su ejército se hizo obsoleto en doctrina, estrategia y armamento. A partir de la independencia de Grecia (1829), comenzó a perder territorios en cascada.

Eugene Rogan. www.middleeasteye.net

En 1876 ascendió al trono Abdul Hamid II, quien promulgó una constitución y creó un parlamento, los cuales canceló poco después para gobernar autocráticamente. En 1908, en Macedonia, comenzó la revolución de los Jóvenes Turcos, oficiales del ejército que instalaron un nuevo sultán, Mehmed V, como figura decorativa, pues el poder real lo tenían los triunviros Enver, Cemal y Talat. Al entusiasmo inicial siguió una época de inflación y disturbios; los triunviros respondieron con represión y centralización, lo que alienó a sus súbditos árabes y de otros pueblos. La invasión italiana de Libia, en 1911, y las guerras balcánicas de 1912 y 1913 lo debilitaron aun más, y la amenaza rusa en el Cáucaso no les dejó otro aliado europeo que Alemania, puesto que Gran Bretaña y Francia estaban aliadas con Rusia. Así, cuando estalló la Primera Guerra Mundial, los otomanos entraron con alemanes y austrohúngaros.

Aun cuando los primeros años fueron una serie de victorias en el Cáucaso, los Dardanelos, Mesopotamia y Siria-Palestina, a partir de 1916 comenzaron a sufrir severas derrotas. El principal revés fue la Revuelta Árabe instigada por los británicos, que también lograron recuperarse en Mesopotamia, como hicieron los rusos en el Cáucaso. La guerra fue una catástrofe para los otomanos: pérdida de territorios, recesión con inflación, emigración, aislamiento.

Expansión del Imperio Otomano. Wikipedia.

El autor dedica capítulos detallados y excelentemente escritos a cada tema relevante:  el fracaso de la llamada a la Jihad (que sucedió, pero en su contra, dada la represión que habían sufrido los árabes), el triunfo en Galípoli y los Dardanelos, el genocidio de armenios y asirios, Mesopotamia, la Revuelta Árabe, la caída de Bagdad y los armisticios. En 1918, antes que los alemanes, los otomanos se rindieron y el imperio dejó de existir.

Según Rogan, “cayó, más como resultado de los términos de la paz, que de la magnitud de su derrota”. El genocidio armenio indignó al mundo y los triunviros fueron asesinados (Cemal y Talat) o murieron en otras guerras (Enver). Surgió entonces la figura de Mustafá Kemal, “Atatürk”, quien encabezó la guerra de independencia de 1921-23 y creó la República de Turquía.

Talat, Enver y Cemal. Twitter.

Es un gran libro de historia. Rogan domina el tema y tiene talento narrativo, crucial para transmitir al lector, de manera ordenada y clara, un cúmulo de datos, batallas y personajes. Cada conflicto político, económico, étnico y religioso recibe una explicación suficiente y congruente. Cada actor relevante es descrito con trazos vívidos, al igual que que influencia en los acontecimientos.

El “hombre enfermo de Europa”, como se conocía desde el siglo XIX al imperio, se mostró como una entidad incapaz de entender y administrar los inevitables problemas que presentaba un imperio que se extendía desde Argelia hasta Irak (actuales), desde Macedonia y Rumania hasta Egipto y el Cáucaso, con infinidad de pueblos, religiones y lenguas. Sin duda, su desintegración dio lugar al moderno Medio Oriente, que sigue arrastrando los traumas, fronteras absurdas y resentimientos de esa época, cuna también del nacionalismo árabe y las jihads actuales. Una historia fundamental para comprender el mundo contemporáneo, presentada con erudición, agilidad y claridad.

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Comentarios del artículo

3 comentarios

  1. Gracias, Guillermo. La lectura de este libro me posibilitará una mayor comprensión de de la situación de varios países en la actualidad. Profundizar siempre brinda un mejor y más claro panorama.

    Gracias y saludos.

  2. Gracias, Guillermo. Tu relato incita a la lectura de la obra, que habría que complementar con la compilación de Carlos Martínez Assad. Enhorabuena!

  3. Guillermo buenas noches.
    Al leer tus relatos, me lleva a querer enriquecer mis conocimientos sobre este MEDIO ORIENTE, tan conflictivo. Gracias

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