THE BERLIN STORIES. Christopher Isherwood. New Directions. New York, 2008 (1935, 1939). 410 pp.
Isherwood vivió en Berlín entre 1929 y 1933, los años entre la Gran Depresión y el ascenso de los nazis. Durante su estancia conoció a muchas personas peculiares, y vivió una ciudad vibrante y decadente, atrapada entre la bohemia y la loca vida nocturna, el fermento cultural, la crisis económica, el desgarramiento político y la violencia nazi. Sus experiencias fueron ficcionalizadas en los dos libros que contiene este volumen: Mr. Norris changes trains y Good-bye to Berlin, el primero una novela narrada por “William Bradshaw” y el segundo una serie de historias interconectadas en las que abandona el seudónimo y narra como Christopher Isherwood.
La primera novela trata de un extraño personaje al que William conoce en el tren. Mr. Norris es un hombre mayor, nervioso y torpe, que parece haber vivido aventuras y pertenecer al gran mundo. Usa peluca y practica el sadomasoquismo. Los dos establecen una extraña amistad que se extiende a Fraülein Schroeder, la encantadora casera de William. A través de Norris, William conoce a personajes del submundo sadomasoquista de Berlín, así como al Barón Kuno von Pregnitz, un rico homosexual. Entre francachelas, William va sospechando que Mr. Norris tiene varias vidas ocultas. Periódicamente, Norris se mete en problemas, incluso con la policía, de los que William le ayuda a salir, pero cada vez son más complicados y reveladores de que Norris anda en pasos extraños. Éstos incluyen su participación en el Partido Comunista, en el cual William también se involucra, lo que los mete en aprietos cada vez más serios ante el avance de los nazis.
Esta historia tragicómica está narrada casi en tono de farsa. Norris es un personaje único en la literatura: un ser despreciable y cómicamente lamentable, pero que a la vez es extremadamente audaz, a veces con astucia y a veces con imprudencia. ¿Es espía? ¿Contrabandista? ¿O sólo un bribón mentiroso? William no lo sabe, pero no puede resistirse al lastimoso encanto del cínico, pomposo, culterano y pervertido Norris. El lector tampoco. Entre la historia de Norris, Isherwood retrata con humor (negro) al Berlín de la decadencia, poblado por seres extravagantes, gente de la noche al borde de la ilegalidad. El contraste lo pone la señorita Schroeder, una alemana simple que se ve presa de los vaivenes políticos. La novela es cómica, pero debajo de las andanzas de los personajes merodea la implosión de la cultura alemana.
El segundo libro mezcla el diario de Isherwood con una serie de viñetas sobre distintos habitantes de Berlín en la misma época. El eje de la narración es casi siempre la casa de huéspedes de la Srita. Schroeder. La primera historia es la de Sally Bowles (base para la película Cabaret). Sally es una prostituta británica que aspira a triunfar en el espectáculo, sin importar con quién haya que acostarse. Desarrolla una amistad con Isherwood (quien, aunque no lo dice en el libro, era homosexual) y desde luego lo mete en aprietos. El carácter de Sally es lo que hace destacar a esta pieza: una mujer sin ningún escrúpulo que va sembrando problemas por donde pasa, con una frescura absoluta.
“On Ruegen Island” es una pieza homoerótica en la que Isherwood cuenta los turbulentos amores entre un aristócrata inglés, Peter, y un joven alemán, Otto Nowak, prototipo de la “raza aria”. “The Nowaks” narra la estancia de Isherwood con la disfuncional y miserable familia de Otto. Es un retrato del Berlín pobre y de la vida nocturna carente de todo glamour. “The Landauers” es la historia de la amistad del narrador con dos personajes de la rica familia judía Landauer: Natalia, de 18 años, y su tío soltero, Bernhard. Ambos son personajes inolvidables, como Norris, Sally la Srita. Schroeder. Los Landauer son muy ricos y poseen una tienda departamental, de cuyas operaciones en Berlín se encarga Bernhard. Natalia esa la vez niña mimada y joven madura, autoritaria con encanto, inteligente y culta. Bernhard es tímido, erudito y especialista en culturas orientales. Los dos sufrirán la persecución de los nazis. En el último capítulo Isherwood retoma su “diario” para contarnos sus últimos días en Berlín y el destino de sus personajes.
Estas dos novelas-conjuntos de historias son tanto obras literarias muy logradas, como testimonios valiosísimos de un observador extranjero, conocedor de la lengua y la cultura alemanas, amante del país y testigo de su destrucción. Isherwood es un narrador excelente, ágil, agudo y astuto. Tanto los personajes humanos como la propia ciudad están creados y desarrollados con nitidez y una rara objetividad, en el sentido de que Isherwood nos hace querer a personajes poco recomendables como Norris y Sally, gracias a la maestría para recorrer las distintas facetas de su personalidad. El humor y la farsa ponen de relieve, sin necesidad de comentarios políticos, la terrible situación por la que pasa Alemania y la catástrofe que se avecina. Este telón de fondo, el triunfo del terror nazi y el derrumbe de Alemania, dan un toque de tragedia a las cómicas peripecias de los personajes de ese Berlín al borde del abismo cuyo retrato nos ha dejado Isherwood con tanta ternura, humor, nostalgia y precisión.
6 respuestas
Temas, autores y libros a los que difícilmente , llegaría a encontrar. Gracias Memo.
Otra excelente reseña. Una clarísima perspectiva de Mr. Norris Changes Trains y, seguramente, de Good-bye to Berlin, pendiente para mi y por supuesto salgo de aquí con renovadas ganas de leerla. ¡Gracias!
El periodo entreguerras fue muy interesante y generó muchos cambios en el mundo, particularmente en Europa, sobresalientemente en Berlin. Gracias Memo.
Estupenda reseña que invita a la lectura de Isherwood
Gracias, Memo!
Gracias, excelente reseña.