UNDER WESTERN EYES. Joseph Conrad. ReadaClassic. Lexington, 2012 (1911). 252 pp.
Una de las novelas más personales de Conrad, en el sentido de ser más cercana a su infancia y a la historia de su familia. Los padres de Conrad murieron a consecuencia de la represión que sufrieron a manos del gobierno zarista, por sus actividades revolucionarias. En este libro, Kyril Sidorovitch Razumov, presunto hijo ilegítimo de un noble, que ha crecido en absoluta soledad y que sólo desea destacar en los estudios y convertirse en un académico respetado, se ve involucrado en un asesinato político (contra su voluntad) y queda en la mira de la policía política zarista. Víctor Haldin, un estudiante revolucionario, asesina a un alto funcionario zarista y se refugia en el departamento de Razumov, al que presiona para que lo ayude a escapar. Razumov lo intenta, pero le es imposible y entonces decide denunciarlo, a consecuencia de lo cual lo apresan y ejecutan. Pero Razumov queda atrapado en la intriga y se ve forzado a emigrar a Ginebra, por entonces un hervidero de conspiradores rusos. Ahí redacta sus experiencias anteriores y sigue un diario, que después cae en manos del narrador de la novela. Éste es un viejo inglés, profesor de idiomas en Ginebra, quien es mentor y amigo de la joven Natalia, hermana de Haldin, quien vive con su madre esperando noticias de su amado y admirado hermano, idolatrado también por la madre y por la comunidad revolucionaria.
En sus cartas, Haldin alaba a Razumov y lo presenta como su único amigo y compañero de ideales. Por todo ello, Razumov es recibido en Ginebra como un héroe, el joven de quien se esperan grandes cosas. Pero Razumov está profundamente amargado y resentido por el curso que ha tomado su vida. En Ginebra se encuentra con que los revolucionarios son una bola de dementes, ingenuos, violentos y simplistas, ególatras no mejores que los zaristas. Están encabezados por Peter Ivanovitch, un viejo conspirador con aura legendaria por haber escapado de Siberia de forma espectacular y por sus libros incendiarios y “feministas”. Peter vive en la decadente mansión de la señora S…, una mecenas misteriosa, donde habita también la patética acompañante Tekla, una revolucionaria ingenua que es aterrorizada por la señora S… y el “feminista”. Razumov siente una profunda aversión por toda la banda, que incluye a la siniestra Sophia Antonovna y al asesino Nikita.
Natalia Haldin lo busca, Razumov queda impresionado por su belleza y ella lo presiona para que vaya a su casa y hable con su madre sobre el final, ya conocido por ellas, de Haldin. Todo esto sume a Razumov en un estado de terrible aprensión, tensión y nerviosismo, así como en un profundo conflicto, pues todos creen que es uno de ellos cuando ha sido el denunciador de Haldin. Esta tensión se va acumulando hasta desembocar en la decisión final de Razumov.
Conrad usa al viejo inglés, el occidental totalmente ajeno a la historia y la mentalidad rusas, como el distante narrador que observa la aparente locura de los revolucionarios, intrigado por la extraña mezcla de racionalismo y misticisimo, modernidad y primitivismo, con que abordan los problemas de su pueblo. La penetración psicológica de Conrad en sus personajes es asombrosa, así como su capacidad para crear seres humanos y la técnica narrativa original y perfecta, que propicia que la tensión se acumule de manera atenazante que difícil de suspender la lectura. Disecciona con lucidez y audacia la mente conspiradora, revolucionaria y peligrosamente desequilibrada que suele subyacer en los integrantes de los movimientos radicales, y plantea dilemas morales de difícil o nula resolución. Sin duda uno de los grandes maestros de la novela, en esta llega a una de sus cumbres.
3 respuestas
Gracias, ya quiero leérlo!
Gracias. Muy buena recomendación. Creo que mos rusos estarán de «moda» literariamente, para bien y para mal, pero sobre todo para conocer mejor la fusión cultural y social ruso-ucraniana de antaño a nuestros días.
Gran reseña, Memo. A leerlo.