El niño, el esclavo y el río: Huckleberry Finn, de Mark Twain.

La esclavitud y el racismo son los pecados originales de la sociedad norteamericana. Siguen vivos, como esta novela cada día más necesaria.

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ADVENTURES OF HUCKLEBERRY FINN. Mark Twain. Borders. Ann Arbor, 2009 (1884). 263 pp.

En 1835, un joven francés publicó La Democracia en América, resultado de un viaje por Estados Unidos. En ese libro, Alexis de Tocqueville advertía que la esclavitud tendría que ser abolida tarde o temprano, pero que sus consecuencias se volverían un problema permanente. No se equivocó: 185 años después, el racismo sigue persiguiendo a los norteamericanos como un fantasma siniestro que divide a la nación, fundada bajo un ideal de libertad indeleblemente manchado por esa crueldad. Veinte años después del fin de la Guerra de Secesión (1861-1865), Twain publicó esta novela que vuelve a la época de la esclavitud para relatar el encuentro fortuito entre un huérfano blanco, víctima de un tipo de maltrato, y un esclavo negro, víctima de otro peor, que huye en busca de la libertad . Retomando la Odisea como viaje de regreso al hogar (en este caso, al hogar de la dignidad humana original), y la tradición de la picaresca, Twain pone a sus personajes en una road-novel sobre las aguas del Mississippi; durante la travesía tendrá lugar el milagro del conocimiento y reconocimiento del Otro, el milagro de la superación de las diferencias nimias, el milagro de la amistad.

Río Mississippi. Bigger Pie Forum.

Huck es huérfano de madre y vive con la viuda Douglas, piadosa señora que lo quiere civilizar contra su voluntad. Viven en St. Petersburg, Missouri, junto al río Mississippi. El padre de Huck es un vagabundo dipsómano y sociópata, que un día lo secuestra para tenerlo como sirviente en una cabaña al otro lado del río. Dado el trato brutal que le da, Huck finge su muerte y escapa río abajo en una balsa. Se esconde en una isla cercana. Descubre ahí a otro fugitivo: Jim, un esclavo negro propiedad de la hermana de la viuda. Deciden escapar juntos, Huck sin rumbo y Jim buscando cruzar a un estado sin esclavitud. Juntos pasan muchas peripecias, separándose y encontrándose varias veces. Huck tiene cargo de conciencia por estar ayudando a escapar a un esclavo “propiedad legítima” de la dueña, pero durante el viaje comprueba la gran bondad de Jim, con el que forja una amistad indestructible. Huck, hábil mentiroso como Odiseo, se las ingenia para ir sobreviviendo durante sus aventuras. Es adoptado por un tiempo en una familia de Tennessee que sostiene una lucha a muerte con otra familia vecina; escapa de una banda de asesinos y luego entabla relación con un par de exconvictos fugitivos. Se trata de dos dementes que creen, o fingen creer que son, uno, duque, y el otro, rey de Inglaterra. Escapan junto con Jim y van por los pueblos defraudando a la gente y metiéndose en problemas cada vez más serios, hasta que Huck y Jim se hartan de ellos y tratan de deshacerse de su compañía, forzada por su amenaza de delatarlos. En un villorrio, los dos impostores se hacen pasar por los parientes ingleses y herederos de un hombre que acaba de morir. Huck, lamentando la suerte de las chicas a las que van a dejar en la miseria, echa a perder su plan, pero Jim es denunciado y reesclavizado. Buscando liberarlo, Huck se encuentra con una gran sorpresa que lo meterá en la aventura final del libro, un episodio absurdo y casi trágico, lleno de contratiempos, que provee la resolución (por lo menos temporal) de su huida.

Mark Twain

El narrador es el propio Huck, un acierto de Twain que da la voz de la época y del personaje. Se trata de un libro delicioso, divertido y natural, que traza una de las grandes, si no “la gran” Odisea norteamericana. Una amistad paralela a la del Quijote y Sancho, la de Jacques y su amo, la de Phileas Fogg y Passepartout, o cualquier otra de las grandes amistades de la literatura. Es claramente un libro anti-racista, una declaración en favor de la libertad, la generosidad y la amistad, basada en un héroe que no se sabe tal, un espíritu lúcido y libre que siente en su interior la gran batalla de la conciencia contra el indoctrinamiento. Una maravilla.

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